miércoles, 3 de febrero de 2010

La clave para lograr el aprendizaje efectivo en nuestros alumnos.

Los buenos educadores siempre nos preocupamos porque nuestros alumnos aprendan de manera efectiva y en ello ponemos todo nuestro esfuerzo. Sin embargo, a veces la realidad nos demuestra que tal esfuerzo no se traduce en logros efectivos ¿Qué es lo que ocurre? La respuesta está en el estilo y estrategias que predominan en nuestra enseñanza o en el estilo y estrategias que utilizan los alumnos. Sucede que se desconocen o no se aplican estrategias y recursos de enseñanza y aprendizaje que promuevan y favorezcan el aprendizaje activo o se imponen otros factores que lo impiden.

La pirámide del aprendizaje (Learning Pyramid) -concepto desarrollado por el Institute for Applied Behavioral Sciences- nos plantea a los educadores la clave para promover aprendizajes efectivos. Sobre esa base, Cody Blair, propone un sencillo esquema de cómo aprenden los alumnos de manera efectiva, el mismo que debe estar representado en la mente de los educadores cada vez que desarrollamos nuestras clases. De la mencionada pirámide, se deduce que las clases expositivas o magistrales que utilizan una mayoría significativa de educadores sólo producen un 5 % de retención, esto porque el canal de transferencia es sólo auditivo, por tanto, el aprendizaje es pasivo; por el contrario, si se plantean experiencias a través de proyectos, problemas, casos, etc. que motiven a los alumnos a realizar actividades prácticas, ejercicios; entonces, se puede lograr un 75 % de retención, dado que el aprendizaje integra otros sentidos, por tanto, es activo. En consecuencia, se entiende que estrategias didácticas tradicionales (exposición, diálogo, lectura, etc.), aún predominantes en un buen porcentaje de Educadores son poco efectivas en el aprendizaje de los alumnos; por lo que se tienen que combinar con estrategias activas en la que los alumnos encuentren oportunidades para "aprender haciendo". Lo propuesto no es nuevo, ya Dewey lo recomendó hace unas décadas cuando afirmó que: "la educación no es un asunto de narrar y escuchar, sino un proceso activo de construcción".

Hoy tenemos muchas condiciones y facilidades para utilizar estrategias didácticas activas que promuevan el aprendizaje efectivo (aprendizaje basado en proyectos, herramientas de la Web 2.0, trabajo colaborativo, etc.). El reto está en nuestra mente y acción, no hay que perder de vista que buena parte del aprendizaje de los alumnos depende de lo que pensamos y hacemos los educadores desde las aulas.

lunes, 16 de marzo de 2009

La web, la Educación y los Educadores.

Es incalculable la cantidad de información y conocimiento que transita por Web e innegable el impacto de las nuevas tecnologías de la información y el conocimiento (TIC) en la Educación. La Web se ha infiltrado a través de los alumnos en el quehacer educativo, se ha posesionado en él y no cabe duda que se quedará allí. Los grandes logros de la tecnología digital y los avances de los mundos virtuales han crecido notablemente, dejando a la Escuela y a los Educadores en un marcado retraso.

Son muchas las Webs que ofrecen enormes posibilidades tecnológicas y pedagógicas para la enseñanza y para el aprendizaje. Por lo que resulta una necesidad su integración en la práctica profesional de los Educadores. No basta en nuestros tiempos adquirir la computadora o usar Internet, la exigencia es saber gestionar y utilizar los recursos y herramientas de la Web en el trabajo educativo. Hacia esto tienen que apuntar los profesores.

Son los tiempos de la Web 2.0, del Software Libre y de los Entornos Virtuales, tiempos aún lejanos para muchos educadores, pero que tarde o temprano van a tener que alcanzar. Es cuestión de escribir sobre algún buscador: Web Educativas y seguro que se van a encontrar cantidad de accesos a portales, páginas, programas y recursos que progresivamente se deben ir integrando en la práctica docente y en la formación de los alumnos.

domingo, 15 de marzo de 2009

Los aspectos esenciales de un maestro.

Octavio Henao Alvarez
Universidad de Antioquia-Colombia.

Una condición fundamental del buen maestro es su compromiso con la formación humana. Formar es influir en la manera de ser y actuar de los alumnos, y es un proceso que involucra tanto la razón como la sensibilidad. La posibilidad de formar exige al maestro un proyecto de vida consecuente con los principios que orientan su labor educativa.

Es también una labor esencial del buen maestro tender puentes que comuniquen los alumnos con diversos dominios del conocimiento; señalar horizontes inagotables de saber; descorrer cortinas que ocultan la verdadera naturaleza de los fenómenos y las cosas.

El maestro debe ser capaz de expresar y sentir ternura, estar siempre abierto y sensible a las vivencias afectivas de los alumnos; transmitir en la experiencia de enseñar el goce del conocimiento; revelar a sus discípulos la manera cómo el conocimiento embellece la vida; contagiarles de actitudes de respeto hacia sí mismos, de entusiasmo y calidez en su relación con los otros, de autoconfianza y valoración de sus posibilidades.

Debe ser una persona organizada en sus ideas, segura, y bien documentada para que su palabra comunique con claridad, convenza, tenga impacto, y movilice los alumnos hacia cambios significativos. Que maneje apropiadamente las diversas técnicas, recursos, y métodos de comunicación necesarios para hacer más atractiva y eficiente la transmisión de sus mensajes.

Una educación para las crisis

El término crisis está en el lenguaje de la gente en muchos niveles y circunstancias, término que ha adquirido importancia a partir de la crisis financiera de los últimos meses. Sin embargo, no es la única crisis que vive el mundo, se sabe que existe desde hace tiempo crisis educativa, crisis de valores, crisis familiar, crisis juvenil, crisis ambiental, etc. Lo que ocurre es que la crisis financiera ha removido la economía de las grandes potencias y, por su rápida reacción, parece ser la única que preocupa a los gobiernos, no las otras crisis.

Es esta situación, razón suficiente para reflexionar sobre la crisis educativa y la pasividad e indiferencia de los gobiernos frente a la misma. En las últimas semanas, son muchas las medidas que se han tomado ante la crisis económica e ingentes las cantidades de dinero dedicadas a contrarrestarla. Si tales decisiones se tomaran frente a la crisis educativa de muchos países pobres, otra fuera la realidad; pero la educación no importa, es una crisis que no afecta intereses y, por tanto, es mejor dejarla como está.

El educador peruano Augusto Salazar Bondy en algún momento de su producción intelectual sostuvo que el Perú vive en crisis y, por tanto, su educación está marcada por esa crisis. De esta manera encontraba una relación entre crisis de la sociedad y crisis de la educación. Ante tal situación, proponía “una educación que sea nada más y nada menos que la Educación de la crisis” (“La Educación Peruana en el Mundo Contemporáneo”, 1959).

Hoy, después de cincuenta años se tendría que parafrasear el pensamiento de Salazar Bondy para proponer una Educación para la crisis, pero en sentido contrario, pensando en que desde la Escuela se debe educar para afrontar los diversos problemas sociales, económicos, éticos, familiares, juveniles, ambientales relacionados generadores de las crisis. Salazar Bondy era un convencido que la crisis de la educación es consecuencia de la crisis social, ello sigue siendo así; pero si se suma una lectura diferente, hoy se tendría que asumir que la escuela debe educar para afrontar y superar las diferentes crisis que afectan a la sociedad.