martes, 10 de marzo de 2009

Las competencias profesionales del Educador.

El siglo XXI llegó acompañado de un conjunto de cambios científicos, tecnológicos, sociales, económicos, políticos, etc., los mismos que han repercutido en la configuración de una sociedad más compleja. Estos cambios han planteado un conjunto de demandas a la Educación que las Instituciones Educativas y los Educadores no pueden aún atender.

En este contexto, se plantea como necesidad que los Educadores desarrollen nuevas competencias profesionales que les permitan afrontar los desafíos cada vez más complejos que ha impuesto la sociedad del conocimiento. Las Instituciones Educativas requieren de profesores con capacidad para movilizar oportuna y adecuadamente todos sus recursos en la realización o cumplimiento de sus tareas dentro de un contexto determinado.

Una tendencia que marca la vida en nuestros tiempos es el cambio: los conocimientos se renuevan a un ritmo acelerado, los medios tecnológicos son cada vez más sofisticados, los problemas de la humanidad se transforman y se vuelven más complejos. Y todo esto no va a la par con la preparación y calificación de los profesionales, refiriéndonos específicamente a los Educadores peruanos, se evidencia un desfase entre las competencias docentes y las grandes demandas a la Educación.

Por eso, resulta oportuno reflexionar sobre las competencias profesionales que deben lograr los Educadores de nuestros tiempos. La lectura de propuestas y las referencias empíricas llevan a pensar que los Educadores del siglo XXI deben demostrar las siguientes competencias.

a). El dominio inter y multidisciplinario de los enfoques y asuntos teórico-científicos vinculados con la Educación y su especialidad.

b). La disposición para adaptarse a los cambios, aprendiendo a convivir con ellos e integrándolos en su quehacer profesional.

c). El diseño y desarrollo de un currículum inclusivo y significativo y que atienda a las exigencias del siglo XXI, incorporando innovaciones durante su concreción.

d). La capacidad para conducir los procesos y actividades vinculados con la enseñanza y el aprendizaje, aplicando estrategias y recursos didácticos innovadores.

e). El manejo de las tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y los Entornos Virtuales de enseñanza y aprendizaje (EVEA), así como de las estrategias, materiales y herramientas que exige su uso y aplicación.

f). La aplicación de fundamentos teóricos, estrategias y herramientas sobre Investigación Educacional, utilizándolos en la comprensión de su realidad educativa y en la transformación y mejora de la misma.

g). La capacidad para intervenir con actitud proactiva, compromiso y espíritu colaborativo en la gestión de Instituciones Educativas.

h). El manejo de fundamentos teóricos y técnicas sobre orientación y tutoría escolar que le ayuden a guiar la formación y desarrollo de los alumnos/as como personas íntegras y como ciudadanos ejemplares.

i). La demostración de una alta formación ética, con actitudes y conductas impregnadas de valores.

j). La capacidad para la formación continua en el campo de la Educación, asumiendo como práctica la actualización y perfeccionamiento profesional permanente.

Un Profesional de la Educación debe tener una formación compleja que responda a las demandas que la sociedad le exige a la Educación. Se requiere de Educadores comprometidos con la Educación, que tengan claro que su misión es también compleja: Educar para la vida, para el trabajo, para preservar el mundo, para el cambio y para el desarrollo, para la gestión de la tecnología.

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